BBK LIVE:

Tercer día de peregrinación a Kobetamendi y se notan las noches toledanas de los días anteriores.

Pero claro, si cuando llegas al recinto te reciben las locuras de Les Savy Fav, la única opción es olvidarse de todo y acercarse a divertirse. Ya podeis imaginar la que se montó en un momento. Con un desfile de pelucas, adornos, chaquetas tipo Gallina Caponata, pinturas y demás complementos consiguió que todos estuviésemos pendiente de qué pasaría el minuto siguiente. Y pasó de todo. Bajó en numerosas ocasiones a las campas a bailar con nosotros, a pintar la cara a la gente, a revolcarse con una pareja que estaba sentada y se levantó cuando se lo pidió desde el escenario. Imágenes más que graciosas en todo momento, algunas más tronchantes de lo que debería estar permitido, como el momento de bailoteo con un fan que se puso un condón en la cabeza; las ganas de cachondeo se contagiaban. No existe cable de micro lo suficientemente largo como para seguir a este hombre ni cámara lo suficientemente rápida. A mi alrededor se escuchaban cosas como “debería estar prohibido divertirse tanto” y la verdad es que fue una autentica gozada estar allí. Concierto-espectáculo recomendable 100%, no importa que no hayas oído nunca los temas de la banda porque vas a disfrutar igual.

Después de esta inyección de energía salimos corriendo para ver a los cántabros Estereotypo. Aunque en una línea diferente, con menos excentricidades, el resultado fue el mismo, subidón desde el momento en que empezó la primera canción y gente predispuesta a dejar la tarima flotante de la Carpa Vodafone un poco menos flotante. Vestidos de rojo que te cojo y con un desparpajo que ya podían aprender algunos consiguieron arremolinar a cientos de personas a su alrededor. Mención especial para la versión del tema de The Beatles, Love me do. Es bien difícil coger un clásico como éste y convertirlo en rompepistas pero el experimento les ha salido redondo. Para los que nunca habíamos estado en un concierto suyo fue un tremendo descubrimiento, y ha pasado a ser nombre imprescidible y prioritario a partir de ya en las listas de “conciertos a no perderse”. Un lujo.

Al acabar y sin perder el tiempo vamos a disfrutar de la última mitad de M-Clan. Nos recibían los rockeros que habíamos visto durante la tarde y que le habían dado un tono diferente a esta jornada del Bilbao Live. Se respiraba un ambiente totalmente distinto, muy americano, sabor a whisky y botas camperas. Se nota que la media de edad ha subido también. Allí estaban las primeras filas, bueno, y no tan primeras, coreando estribillos y cantando al ritmo de canciones propias y de las versiones de Rod Stewart o The Who, Maggie May y Baba O’Riley mientras que los que estabamos más alejados del tumulto preferíamos escuchar en silencio.

Llegó el turno de unos de los grupos más esperados de la noche, 30 Seconds to Mars. Aunque no sé si lo que tanto se esperaba era el grupo y con que saliese a escena el cantante ya habría bastado. La voz de Jared Leto no tiene desperdicio la verdad, pero el afán de protagonismo y los aires de grandeza le quitan encanto al asunto. El concierto fue, para unos épico y para otros… se fueron a cenar por decirlo de algún modo. Los fans desatados que chillaban como si no hubiese mañana seguro que están encantados con las locuras del cantante y actor y en cuanto a regalos a sus seguidores no se le puede pedir más. Tocó en acústico en el pasillo que dividía al público invitando a todos a acercarse bien, salió corriendo y trepó por la torre de sonido dejando a todos boquiabiertos y por si fuera poco subió a una treintena de personas al escenario con él. Si tuviese unos años menos y me encantase su música seguro que aun estaría en estado de shock.

Tremendo contraste al pasar de 30STM a Jack Johnson. Si bien la música del surfista es una delicia, el concierto no lo fue tanto. Para nada fue un mal concierto pero creo que faltó algo; quizá la hora no era la mejor, quizá en este festival a las once de la noche no encaja tanto, quizá la mezcla de fans de 30 Seconds, The Black Crowes y The Chemical Brothers no era la mejor compañía…Pero, si bien no fue el concierto de mi vida sirvió para dar un baño de humildad a todos y Johnson y su banda ofrecieron una hora de música sencilla y apacible, con ukelele y melódica incluídos, perfecta para una noche veraniega.

De nuevo era el turno del mejor rock y de nuevo se dejaban ver los muchachos de las camperas y las chupas de cuero. The Black Crowes le daban fuerza a la última noche del Bilbao Live con sus clásicos y sus solos de guitarra que tanto nos gustan. Sin demasiadas sorpresas pero ofreciendo lo que sus seguidores esperaban con canciones como Jealous again, Hard to handle, Thorn in my pride o Poor Elijah. La explanada del recinto era un auténtico tapiz humano y la ladera del fondo se iba cubriendo de gente poco a poco hasta no dejar un hueco libre.

Muchas de las personas que ayer se presentaron en Kobetas lo hicieron con un único objetivo, romperse bailando con The Chemical Brothers. Después de una espera de tres cuartos de hora para que pudiesen preparar la enorme infraestructura que les acompaña en sus giras, comenzó el último concierto del Bilbao BBK Live 2011. Como la noche previa a estas horas, la lluvia tampoco quiso perderse el cierre del festival e hizo que bailásemos bajo el agua. Sin problema. Con sus potentísimos temas como telón principal y con un montaje de luces e imágenes excepcional, no hubo un alma que no se moviese, cosa que, en cualquier caso, habría sido imposible debido al volumen que se alcanzó, que literalmente hacía sentir la música en el cuerpo.

Pasadas las cuatro de la madrugada y terminado el concierto, nos disgregábamos y los más valientes, los más descansados, y alguna otra razón que no me atrevo a decir se animaban a pasar por las carpas donde les esperaban los Djs mientras que otros optábamos por dar una vuelta por el mercadillo, echar el último vistazo a todo y despedirnos con grandísima pena hasta el año que viene. Fin.

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