DE DESAHUCIADOS A FAVORITOS: - NOTA DE EL DIARIO EL PAÍS DE URUGUAY -

Este jueves se estrena "Dallas Buyers Club: El club de los desahuciados", de Jean-Marc Vallée, que competirá por los Oscar a Mejor Película, Mejor Actor para Matthew McConaughey y Mejor Actor de Reparto para Jared Leto.



Empezar hablando de sus protagonistas no es una elección casual: Dallas Buyers Club es una película de grandes y consagratorias actuaciones, las de McConaughey y Leto, que prácticamente tienen sus estatuillas doradas en la mano. Algo impensado poco tiempo atrás.
En la película, McConaughey interpreta a Ron Woodroof, un cowboy texano del ambiente del rodeo, uno de esos "tipos duros" y mujeriegos que fuman y toman mucho, y a los que parece que nada los puede doblegar. Y Woodroof está convencido de esto, incluso se lo dice a los médicos cuando le diagnostican Sida y le dan solo 30 días de vida. "No hay nada ahí afuera que pueda terminar con Ron Woodroof en 30 días", asegura, y sigue con su dieta diaria de excesos y negación.
Pero como la realidad termina por caérsele encima, Woodroof se somete primero a la medicación que están suministrando los médicos y más adelante, cuando descubre los intereses de los laboratorios y la toxicidad de las drogas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos, busca vías alternativas. Así llega a formar su propio club (el del título), trayendo medicinas realmente efectivas desde México y enfrentando las leyes del Estado.
Al igual que el personaje al que da vida, McConaughey sufre una transformación. Para empezar, adelgazó unos 20 kilos para el rol. Pero lo más importante: de un tiempo a esta parte dejó su imagen de tipo lindo que aparece en comedias livianas solo para aportar su sonrisa y sus ojos celestes.
A cambio, asumió roles más oscuros e interesantes como el abogado de Culpable o inocente (2011), el dueño de un club nocturno en Magic Mike (2012) o su breve aunque destacable aparición en otra de las nominadas a los Oscar, El lobo de Wall Street (2013). A todo esto cabe sumar su envolvente y oscurísimo papel como el detective Rust Cohle en nueva serie de HBO, True Detective. Ahora, con 44 años, McConaughey viene a confirmar el talento que mostró en sus inicios, con Rebeldes y confundidos (1993) y Estrella solitaria (1996), y que le fuera confiscado entre tanta superficialidad.
Su encarnación de Woodroof (que ya le valió el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores) es el punto culminante de este renacimiento actoral. La película se soporta, en gran parte, en su nervio y en la vitalidad que imprime en cada plano. Su personaje es un homófobo consumado que es víctima de la enfermedad "de los homosexuales" de los años 80, algo que sus amigotes del bar se encargan de confirmarle de inmediato. Woodroof está convencido de que nada, ni una enfermedad para la que no hay cura, lo puede matar. Y la magia de McConaughey y el cine hacen que quien ve la película se convenza de eso.
 
Con elementos que en manos equivocadas podrían haberse convertido en un melodrama o en una torpe historia de superación, Dallas Buyers Club de Vallée consigue un relato de enorme fuerza emotiva que entrega, de paso, la mejor actuación de McConaughey en toda su carrera.

Diferencias.

El rígido mundo de Woodroof está patas para arriba. Entre la posibilidad latente de la muerte y sus ganas furiosas de seguir vivo se cruza en su camino el personaje de Jared Leto, Rayon, un travesti también enfermo de VIH que será pieza clave de la evolución de la película. ¿Qué situación más complicada puede haber que juntar en el mismo cuarto a un sureño homofóbico y a un homosexual?
Es justamente de estos opuestos absolutos de donde emerge la fuerza de Dallas...; de la posibilidad de que lo que parecía remoto o casi imposible ponga en marcha una nueva etapa de la vida.
El caso de Leto es algo similar al de su compañero de reparto. A los 42 años (debe existir, en algún lugar, un retrato que envejece por él), cuenta con un currículum cinematográfico bastante peculiar, con roles en La delgada línea roja (1998), Psicópata americano (2000), Réquiem por un sueño (2000), El señor de la guerra (2005) y Chapter 27 (2007), donde aumentó unos cuantos kilos para interpretar al asesino de John Lennon, Mark David Chapman.
Y hay una curiosidad: en casi todas las películas el personaje de Leto termina acribillado a balazos, cortado en trozos o muy golpeado. Es justamente en otro club, El club de la pelea (1999), donde Edward Norton le rompe la cara "porque es hermoso".
Esta escena de la película de David Fincher sirve para ejemplificar lo que muchas veces pasó con quien también es líder de la banda de rock alternativo y electropop 30 seconds to Mars: se le pegó por ser "tan solo una cara bonita" sin talento. Teoría curiosa teniendo en cuenta los directores que confiaron en él (Fincher, Terrence Malick, Oliver Stone).
Su Rayon en Dallas... echa por tierra cualquier duda y supone una cachetada contundente a sus detractores. Es, además, su regreso al cine luego de cuatro años abocado a la música. Leto llegó a esta película como un verdadero desahuciado del cine y sale tapado de premios y elogios. También bajó sus buenos 20 kilos para el rol. Fuera de la pantalla, son muchas y muy parecidas las razones por las que esta película se vuelve clave en las carreras de sus dos protagonistas.

Humanos.

El personaje de Leto está dotado de una alegría intensa y una fragilidad que contrasta con la rudeza de Woodroof. Pero, claro, el asunto de las fortalezas es relativo y ambos personajes terminan encontrando respaldo en el otro.
Con los dos en cámara, se suceden algunas de las escenas de mayor vuelo del film: las hay de alta emotividad (una, hacia el final, en un gesto que resume muchas cosas), directamente cómicas (a fin de cuentas, Woodroof sigue siendo el mismo de siempre, hay cosas que no cambian) y otras en las que el espectador podrá verse atravesado por varias emociones a la vez.
Así, desde el sólido guión de Craig Borten y Melisa Wallack hasta la puesta en escena de McConaughey, Leto y Jennfier Garner (que encarna a la doctora que atiende a ambos, en otro rol de gran factura), los personajes son humanos, demasiado humanos, toman decisiones, se equivocan, se dejan llevar por las emociones y a veces aciertan. Woodroof no es ni tan homofóbico ni tan perdidamente generoso; Rayon no es ni tan angelical ni tan calculador; y los médicos nos son ni unos salvadores ni unos asesinos.
La película termina por abarcar desde el plano social (los prejuicios de una década) hasta el individual (los desafíos personales), pasando por la crítica al negocio de la medicina.

¿Un recorrido con final de Oscar?

La película ha sido una de las grandes revelaciones de esta temporada de premios. Tanto en festivales chicos como en otros más grandes, el film fue muy aplaudido y se llevó múltiples premios, todos ellos para sus actores: el Critics Choice a Mejor actor y Actor secundario; el premio Gotham a Mejor actor; el premio del Círculo de Críticos de Nueva York a Mejor actor secundario y los ya mencionados premios del Sindicato de Actores y Globo de Oro a sus dos protagonistas.
El gran momento de McConaughey quedó plasmado el mes pasado, cuando el mismo domingo en que se subía a recibir el Globo de Oro por Dallas... se estrenaba True Detective, la serie por la que está siendo muy elogiado (y con razón) y por la que, no es de extrañar, reciba algún que otro galardón televisivo el próximo año.
Por su parte, Leto, que se ha mostrado más que sorprendido por los premios, se perfila como el gran candidato a llevarse el Oscar como Mejor actor secundario.

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